Editorial 6º Edición

¿PODRÍA ALGUIEN PREOCUPARSE DE LOS PREUNIVERSITARIOS?

Los cursos preuniversitarios han sido desde hace años la herramienta de potenciación y nivelación, para entregar mejores herramientas a los jóvenes frente a sus pares en la competencia por llegar en buen pie a la Universidad. De hecho, detrás de casi todos los grandes puntajes, hay la labor de muchas horas adicionales en algún preuniversitario.Sin embargo, siendo uno de los más simples de evaluar, ya que la PSU mide su rendimiento cada año, resulta curioso ver cómo nadie se preocupa de los entes dedicados a impartir estos cursos.
En efecto, bastaría que tuvieran la obligación de declarar su nómina de alumnos inscritos, y luego cruzar los datos con los resultados de la Prueba de Selección Universitaria, para saber cuales son sus niveles de rendimiento. El diario La Tercera, realizaba un mínimo esfuerzo al presentar un ranking de pertenencia de los alumnos con puntajes nacionales, pero dejó de hacerlo el año 2001.
Hoy, el sistema está dominado por grandes campañas de marketing, o simplemente con promesas que no se ajustan a la realidad, llevando a los jóvenes a elegir sin tener ningún parámetro de medición que permita establecer lo que realmente importa: La calidad, nivel docente, y resultados que respalden la estrategia educativa. Es de esperar que la autoridad tome las riendas para cautelar los derechos de los jóvenes, que son los directos beneficiados (o perjudicados) en esta “tierra de nadie”, sin controles ni regulaciones.

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